Los cristianos todos pensaban
y sentían lo mismo.
Tal debe ser el pueblo de Dios: todos hermanos
bajo un mismo Padre,
todos bajo un solo Espíritu,
todos concurriendo unánimes a una misma casa
de oración,
todos miembros de un mismo cuerpo que es
Único.
Qué dulzura, qué delicia,
convivir los hermanos unidos"
.
San Hilario de Poitiers (315-367 d.c.)
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